lunes, 31 de diciembre de 2007



"Un año más" / Mecano

En la Puerta del Sol

como el año que fue

otra vez el champagne y la uvas

y el alquitrán, de alfombra están.

Los petardos que borran sonidos de ayer

y acaloran el ánimo

para aceptar que ya, pasó uno más.

Y en el reloj de antaño

como de año en año

cinco minutos más para la cuenta atrás.

Hacemos el balance de lo bueno y malo

cinco minutos antes de la cuenta atrás.

Marineros, soldados, solteros, casados, amantes, andantes

y alguno que otro cura despistao.

Entre gritos y pitos los españolitos

enormes, bajitos hacemos por una vez

algo a la vez.

Y en el reloj de antaño

como de año en año

cinco minutos más para la cuenta atrás.

Hacemos el balance de lo bueno y malo

cinco minutos antes de la cuenta atrás.

Y aunque para las uvas hay algunos nuevos

a los que ya no están echaremos de menos

y a ver si espabilamos los que estamos vivos

y en el año que viene nos reímos.

1,2,3 y 4 y empieza otra vez

que la quinta es la una

y la sexta es la dos y así el siete es tres.

Y decimos adiós

y pedimos a Dios

que en el año que viene a ver si en vez de un millón

pueden ser dos.

En la Puerta del Sol

como el año que fue otra vez el champagne y las uvas

y el alquitrán de alfombra están.

domingo, 30 de diciembre de 2007

Lo queramos o no
sólo tenemos tres alternativas:
el ayer, el presente y el mañana.

Y ni siquiera tres
porque como dice el filósofo
el ayer es ayer
nos pertenece sólo en el recuerdo:
a la rosa que ya se deshojó
no se le puede sacar otro pétalo.

Las cartas por jugar son solamente dos:
el presente y el día de mañana.

Y ni siquiera dos
porque es un hecho bien establecido
que el presente no existe
sino en la medida en que se hace pasado
y ya pasó...
como la juventud.

En resumidas cuentas
sólo nos va quedando el mañana:
yo levanto mi copa
por ese día que no llega nunca

pero que es lo único
de lo que realmente disponemos.

viernes, 28 de diciembre de 2007

apuestas

envite, juego, reto, desafío...

Universos infinitos / Love of Lesbian

Ahora dicen que hay muchos más universos infinitos como el nuestro. Dime si no es para volverse loco, ¿no te sientes más pequeño? Dos espejos frente a frente crearán cien mil caras que observar, puede que alguno de ellos sea el real, lo tendré que investigar. Que empiece el viaje ya ... Infinita ingenuidad, ilusión centesimal, me creía tan capaz con mi cápsula de albal, mi torpeza fue total, de tan grande es demencial, no detecto una señal, nunca encontraré el lugar donde al fin me entienda. Me perdí en mi universo, ¿y tú? Me perdí en mi universo, ¿y tú? No volveré a hacerlo más, no he encontrado respuestas. ¿Y si no regreso jamás y este ruido no cesa? Mundos que van a estallar si mi vida es la apuesta. Y yo ya no puedo hacer más si este más siempre resta ... Y yo ya no puedo hacer más si este más siempre resta ... Y yo ya no puedo hacer más ... Y yo ya no puedo hacer más ...

...rendición

jueves, 27 de diciembre de 2007

Perdiendo, gano


No supo qué decir hasta que perdió la capacidad del habla y entonces optó por seguir como hasta entonces, encendiendo cigarrillos del revés y quemando aeroplanos que después se estrellaban contra la bahía. Hablo de mí, por supuesto. El peso de los puentes es algo muy sutil, de una forma u otra siempre lo he sabido. Continuamente se derriban para después volverse a levantar. El enemigo sonriendo y la imagen de aquel febrero tensándose para recibir el consiguiente hachazo, batería de frases recorriendo los túneles que son también venas y luces y explosiones en la bahía porque empieza a llover y la chica nos grita que vayamos adentro. Tan cerca, me digo, pero sigo con los labios igual que muros donde pintar graffitis. Hay que volarlo todo, suspira, y yo pienso en una ciudad sin habitantes como la ciudad donde vivo, como aquella película tan rara que ya no recordamos. ¿Cómo dices, querido? Pero no he dicho nada y la lluvia conjetura otra lluvia que jamás nos mojó.
Ésta es la última, asegura, y entonces vuelvo a tener boca y palabras y juntamos las copas y hay que repetirlo y ven aquí y un abrazo y para qué. Salgo del bar. La chica arrincona las sombrillas. Las sillas descansan sobre las mesas y yo pienso en el final del verano y estamos a principios de agosto. Maneras de despedirse. Tengo el móvil en el bolsillo y es un erizo en llamas, una serpiente enroscada que muerde mis ingles. Más valdría tener un dirigible y dirigirlo al extrarradio. Donde no haya edificios, me digo en una mala imitación de algún personaje de novela barata. Ahora tengo mis frases pero ya no me sirven y pesan como maletas, pero no quiero caer en los tópicos que se remueven inquietos al final de la noche. Conduzco y soy un kamikaze que circula a cincuenta. La prudencia que supo derrotarte, la historia de los que vuelven solos a los hoteles especializados en congresos internacionales. La elegancia es un paseo marítimo a las cinco de la mañana, las luces de un velero mar adentro, ese punto que nunca alcanzarás.
Pienso en los autorretratos de Egon Schiele. Autorretrato desnudo, 1911, la figura escalofriada que soy yo sin ropa frente al espejo. Tiro de la cadena y me imagino recorriendo las cañerías de un mundo acuático. Necesito sentirme inteligente y enciendo un cigarrillo del revés y me arranco cuatro canas. La noche, estas voces de muertos. La espera. Se anuncia el amanecer con sirenas de fábricas que cerraron cuando Oscar Wilde sodomizaba a Lord Alfred Douglas. Festejar con panteras, el precio del placer y de la libertad. Despierto. Recuerdo que cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, pero vuelvo a caer en lugares comunes. Miro mis manos y siguen siendo la prueba del delito. El eterno dinosaurio todavía estaba allí, pero ya no me miraba con aquellos ojos de censor corrupto. Pienso en los puentes hundidos y me digo que es el momento de exiliarse. Con los restos de los sueños de estos últimos meses dibujo un mapa en la pared blanca de mi habitación. Señalo un punto al azar. Si algún día me pierdo, buscadme en Reikiavik, la ciudad imposible. Y despido la experiencia de haber sido burócrata.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

esperando...


Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.


¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.


Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: "que calor hace", "dame agua", "¿sabes manejar?", "se te hizo de noche"...Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero".)


Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.

lunes, 24 de diciembre de 2007

con mis mejores deseos...

Foto: Julio González

Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar. Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien confiar sin dudar. Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro. Te deseo además que seas útil, más no insustituible. Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie. Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros. Te deseo que siendo joven no madures demasiado deprisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros. Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana. Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices. Te deseo que acaricies un perro, alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera, sentirás bien por nada. Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuantas vidas está hecho un árbol. Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico, Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero frente a ti y digas: "Esto es mío", sólo para que quede claro quién es el dueño de quién. Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable. Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, hablen sobre amor para recomenzar. Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte.
Sergio Jockymann
Feliz Navidad!

domingo, 23 de diciembre de 2007

cuento de navidad


Este es el último domingo antes de navidad. Y como la mayoría de nosostros, no puedo prescindir de ello. Cuando empieza esta semana, no importa el lugar de la geografía a la que mi extraña vida me haya llevado, empiezo a percibir a la gente un poco diferente. Yo no sé si tiene que ver con el famoso "espíritu navideño", con la llegada de los primeros fríos en Europa o la presencia del calorcito para otras latitudes, con la proximidad de las vacaciones o con nuestra tradición de hacernos regalos para estas fechas.
El caso es que más allá de lo que la tradición cristiana impone a la fecha, todos tenemos ganas de jugar a que somos niños nuevamente y pensar que Santa Claus o Papá Noel será capaz de sorprendernos el 24 dejando un regalo para cada uno, junto al arbolito de navidad.
Usted ya sabe cuanto me preocupa la pérdida que significa para nuestra sociedad el olvido de algunas de nuestras más encantadoras tradiciones. Hablo especialmente de mi querida Argentina, pero también de todas las comunidades urbanas de las grandes ciudades del mundo, donde el único espíritu de la navidad está presente en el comercio y su finalidad es la de empujar al consumo. Yo que soy un poco exagerado cuando se daña lo que siento que es mío, defino esta situación como el robo alevoso de la capacidad de disfrute del pueblo como aldea. Y verdaderamente no puedo culpar a nadie que no sea a nosotros mismos. Quiero decir que si hay verdaderamente una pérdida (y no dudo que la haya) es el resultado de algunas renuncias que fueron consecuencia de algunas decisiones tomadas desde adentro casi sin darnos cuenta. Si hay un robo, fue perpetrado con nuestra absoluta complicidad.
Es por eso que me sumo a todos aquellos que hoy nos invitan a meternos en la navidad, a generar un cambio, a regalarnos esta semana una vivencia diferente, la de la magia de las fiestas. Y como usted sabe una de las puertas que más me gusta recomendar para entrar en el mundo de la magia es la puerta de los cuentos. Comparto con usted una historia de navidad que circula por el mundo hace decenas de años y va así...

En una casa más o menos humilde de un país cualquiera vivía una familia compuesta por el matrimonio y sus dos hijos. Juan el hijo mayor de 24 años, casi abogado y Priscila, la pequeña de apenas 4 añitos.
Al acercarse la navidad el padre había comprado un rollo de cinco metros de papel metalizado para poder envolver los regalos antes de ponerlos en el modesto arbolito, armado desde principios de diciembre en la entrada de la casa.
El 23 en la noche, el hombre se decidió a empaquetar los regalos, más simbólicos que valiosos, para nochebuena. Que desagradable sorpresa fue encontrar en el estante del ropero, el tubo de cartón donde venía enrollado el papel metalizado, desnudo de los cinco metros del costosísimo papel de envoltura.
El dinero era bastante escaso en la familia y posiblemente por eso, a pesar de lo avanzado de la hora el señor explotó de furia y mandó llamar a su familia para ver quién había utilizado el papel que él compró para los regalos. La pequeña Priscila apareció con la cabeza gacha para decirle a su padre que ella lo había usado.
-¿Pero no te das cuenta de que ese papel es muy caro y que tu papá tuvo que trabajar varios días para poder comprarlo. Podrías decirme para qué tontería usaste el papel metalizado?
La niña salió corriendo y regresó con un paquete del tamaño de una caja de zapatos, envuelta con varias capas del costoso papel, ahora arrugado e inutilizable.
-¿No te dijo tu madre que no debes tocar las cosas de los mayores para tus juegos?. ¿Cómo se te ocurre envolver esa caja con cinco metros de papel dorado?
-Es un regalo de navidad papá, -dijo Pricila- para el arbolito.
-¿Y se puede saber para quién es este regalo tan valioso como para usar todo el rollo de papel en envolverlo?
-¿Y para quién va a ser?, para vos, papá.
El hombre se enterneció y abrazándola le pidió disculpas por los gritos. Como nos sucede a todos, con el regalo en las manos quiso saber qué contenía y le pidió a la pequeña permiso para abrirlo. Poco después el hombre volvía a explotar:
-Cuando das un regalo a alguien se supone que debe haber algo adentro. ¿Usaste ese papel para envolver una caja vacía?
A la pequeña se le llenaron los ojos de lágrimas y dijo:
-Es que esa caja no está vacía, yo soplé adentro cincuenta y ocho besos para vos, papá.
El padre alzó a la niña y le suplicó que le perdonara su ceguera y su ignorancia.
Dicen que el hombre guardó para siempre la caja bajo su cama y que siempre que sentía derrumbado, abría la caja y tomaba de ella un beso de su hija. Esto lo ayudaba a recuperar la conciencia de lo que era importante y de lo que eran sólo tonterías.

Jorge Bucay

viernes, 21 de diciembre de 2007

volvemos en 30 segundos...

O 90 segundos, o 2 minutos, o 5 minutos... esta es la manera actual de dar paso a los anuncios en la tele.
Ese tiempo utilizado para ir a buscar algo de comer o beber, ir al baño, sacar al perro a la calle... yo lo aprovecho para salir a fumar; pertenezco a una extraña clase de fumadores a los que molesta el humo del tabaco en los espacios cerrados.
La cuestión, es que si te vas cuando empieza la publicidad puedes perderte verdaderos tostones o pequeñas maravillas.
El elegido hoy es el del reloj Breil que se pone una espectacular Charlize Theron mientras suena una canción, que a pesar de tener sus años, me parece magnífica.
Es una canción de Patty Pravo, incluída en su disco "La Bambola" (1984). Lleva por título "Pensiero Stupendo" y estoy esperando que pongan el anuncio para poder escucharla, aunque sea sólo un trocito.



E tu E noi E lei Fra noi Vorrei Non so Che lei O no Le mani Le Sue Pensiero stupendo Nasce un poco striciando Si prottebe trattare di bisogno d'amore Meglio non dire
E tu E noi E lei Fra noi Vorrei vorrei E lei adesso sa chei vorrei Le mani Le sue Prima o poi Poteva accadere sai Si può scivolare se così si pùo dire questioni di cuore Pensiero stupendo Nasce un poco striciando Si protebbe trattare di bisogne d'amore Meglio non dire
E tu E noi E lei Fra noi Vorrei Vorrei E lei adesso sa chei vorrei Le mani le sue E poi un'altra volta noi due Vorrei per amore o per ridere Dipende da me
E tu ancora E noi ancora E lei un'altra volta fra noi Le mani questa volta sei tu e lei a lei a poco a poco di piú, di più Vicini per questione di cuore Se così si piú dire Dire
E tu ancora E noi ancora E lei un'altra volta fra noi Fra noi fra noi
Pensiero stupendo Nasce un poco striciando Si prottebe trattare di bisogno d'amore Meglio non dire

jueves, 20 de diciembre de 2007

desde los afectos

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?
Que uno tiene que buscarlo y dárselo...
Que nadie establece normas, salvo la vida...
Que la vida sin ciertas normas pierde formas...
Que la vida no se pierde con abrirnos...
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente...
Que no está prohibido amar...
Que también se puede odiar...
Que el odio y el amor son afectos...
Que la agresión porque sí, duele mucho...
Que las heridas se cierran...
Que las puertas no deben cerrarse...
Que la mayor puerta es el afecto...
Que los afectos nos definen...
Que definirse no es remar contra la corriente...
Que cuanto más fuerte se hace el trazo, más se dibuja...
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio...
Que negar palabras, es abrir distancias...
Que encontrarse es muy hermoso...
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida...
Que la vida parte del sexo...
Que el por qué de los niños tiene su por qué...
Que el querer saber de alguien no es sólo curiosidad...
Que saber todo de todos es curiosidad mal sana...
Que nunca está de más agradecer...
Que autodeterminación no es hacer las cosas solo...
Que nadie quiere estar solo...
Que para no estar solo hay que dar...
Que para dar, debemos recibir antes...
Que para que nos den también hay que saber pedir...
Que saber pedir no es regalarse...
Que regalarse en definitiva no es quererse...
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos...
Que para que alguien sea hay que ayudarlo...
Que ayudar es poder alentar y apoyar...
Que adular no es apoyar...
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta a la cara...
Que las cosas cara a cara son honestas...
Que nadie es honesto porque no robe...
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo...
Que para sentir la vida hay que olvidarse que existe la muerte...
Que se puede estar muerto en vida...
Que se siente con el cuerpo y la mente...
Que con los oídos se escucha...
Que cuesta ser sensible y no herirse...
Que herirse no es desangrarse...
Que para no ser heridos levantamos muros...
Que sería mejor construir puentes...
Que sobre ellos se va a la otra orilla y nadie vuelve...
Que volver no implica retroceder...
Que retroceder también puede ser avanzar...
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol...
¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida?


miércoles, 19 de diciembre de 2007

es amor lo que siento por esta canción...



One / U2

Es seguramente una de las canciones más conocidas de U2. Fue el tercer single del album Achtung Baby (1991), que se considera la segunda obra maestra del grupo junto a The Joshua Tree.

Ha sido votada como mejor canción, letra, ... Hay varias interpretaciones sobre la historia de la letra de la canción, a ello contribuye la edición de varios vídeos. Se han hecho varias versiones de ella y el resultado es siempre el mismo: es un verdadero placer escucharla.

estadísticas



La mitad de nuestras equivocaciones nacen de que cuando debemos pensar, sentimos, y cuando debemos sentir pensamos.

Proverbio inglés


martes, 18 de diciembre de 2007

me gusta


El sol en invierno, la lluvia en verano, las fotos en blanco y negro, el color de las flores, el olor de la hierba mojada, el atardecer en el mar, amanecer en la ciudad, la luz de sus ojos, la oscuridad de la noche, los besos robados, los besos largos, cortos, los besos, las caricias, los helados de turrón, los libros que te llevan a vivir otras vidas, las pelis de amor, la música, la poesía, escuchar, mirar desde dentro, las mujeres que luchan, los hombres que comprenden, los niños que sueñan, las causas justas, dormir por la mañana, su olor, caminar descalza, los pendientes largos, la nocilla, un té helado, el chocolate caliente, que me abracen para dormir, las estrellas, los zapatos de tacón imposibles, su voz, las reuniones de amigos, los abrazos, los encuentros, las historias de ayer, la incertidumbre del mañana, el olor de la ropa limpia, descubrir cosas nuevas, cantar bajo la ducha, reir, sentir, vivir... aquí y ahora.

lunes, 17 de diciembre de 2007

navidad, para todos?

Se estima que esta Navidad cada familia gastará una media de 845 euros. Se repartirán en juguetes (el mayor desembolso), comidas familiares en casa, restaurantes, ocio y tiempo libre, lotería, regalos y gastos de última hora.


Vídeo-juegos; mascotas electrónicas; peluches y muñecos que hablan, cantan, comen, cuentan cuentos; ordenadores; bicicletas; iPod; móviles, mp3 y 4; cd's y los juegos y juguetes de toda la vida harán las delicias de los más pequeños.


Nuestras mesas (y estómagos) se llenarán de marisco a precios desorbitados, carnes, turrones, bombones, mazapanes, polvorones y sabrosas recetas elaboradas. No escatimaremos en nada, que por algo estamos en navidad.


La decoración es primordial. Abetos llenos de bolas, cintas, lazos, luces; figuras emblemáticas de estas fechas, Papá Noel cargado de presentes, sus Majestades de Oriente, el Belén (para los más religiosos). Las ciudades engalanadas y los hogares, por supesto... Pequeños detalles que logran iluminar las caras de los niños.

sábado, 15 de diciembre de 2007

historia en un ático


La vida convirtiéndose -¿recuerdas?-
en viajes y trabajo.
La terraza, las vistas y nosotros
mirando hacia otra parte: así acostumbra
a iniciarse el error: Pero al final,
hacía tanto frío que una tarde
cerramos la terraza de aquel ático.
Sabes lo que te ofrezco: un viejo buitre
a quien el miedo hace volar más alto
y que prepara su vertiginoso
descenso hacia las últimas carroñas.
Del confuso negocio del amor
quedan sólo las últimas monedas
de un tesoro saqueado. Conversemos,
ya que nosotros siempre hemos hablado,
y la conversación tiene el calor
que desea quien sube a un tren nocturno
como el que se me lleva: mi pasado
se borra y el futuro ya no es nadie.
Es otra clase de felicidad.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

de mudanza

Habrá que empezar por acostumbrarse a este nuevo espacio. Mi antiguo hogar era más pequeñito, tenía menos luz eso sí, pero era acogedor. Intentaré que éste lo resulte también.
Durante estos primeros días esa será mi labor...