martes, 18 de noviembre de 2008

hallazgos





















Cuando te olvidas del reloj por unos días y caminar en una u otra dirección es lo menos importante, sueles reparar en cosas, sitios, situaciones que de no ser por ello pasarían desapercibidas.
Ya os conté que una de mis aficiones es coleccionar carteles antiguos y gracias a los paseos, más bien caminatas sin fin, de estos días encontré uno que llevaba tiempo deseando tener.

Ahí estaba, en la parte de arriba del escaparate, a la derecha, esperando. Entrar en una tienda así supone un peligro además de un deleite para mis sentidos. Así que hay que centrarse y de momento, quedarse con uno.










Este fue el elegido







Aunque habría vuelto encantada con alguno de esos globos terráqueos celestes que hace años sólo servían para estudiar geografía...