martes, 20 de enero de 2009

lo que de verdad importa




No me interesa lo que haces para ganarte la vida. Quiero saber que es lo que deseas, y si te atreves a soñar con encontrar lo que tu corazón anhela.

No me interesa cuántos años tienes. Quiero saber si te arriesgarías a parecer un tonto por amor, por tus sueños, por la aventura de estar vivo.

No me interesa saber qué planetas están alineados con tu luna. Quiero saber si has tocado el centro de tu propio dolor, si las traiciones de la vida te han abierto, o si te has marchitado y cerrado por el miedo al dolor futuro.

Quiero saber si puedes sentarte con el dolor, el mío o el tuyo, sin intentar ocultarlo, desvanecerlo o arreglarlo.

Quiero saber si puedes vivir con alegría, la mía o la tuya, si puedes bailar con desenfreno y permitir que el éxtasis te llene hasta la punta de los dedos de manos y pies, sin advertirnos que seamos cuidadosos, que seamos realistas, o que recordemos las limitaciones de los seres humanos.

No me interesa si es verdad la historia que me cuentas. Quiero saber si puedes decepcionar a otro para serte fiel a ti mismo, si puedes soportar la acusación de traición y no traicionar a tu propia alma. Si puedes ser desleal y, por tanto, digno de confianza.

Quiero saber si puedes ver la belleza, aunque no todos los días sean hermosos, y si puedes originar tu vida desde su presencia.

Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, el tuyo o el mío, y a pesar de ello pararte a la orilla del lago y gritar "¡Sí!" al plateado de la luna llena.

No me interesa saber dónde vives ni cuánto dinero tienes. Quiero saber si puedes levantarte después de una noche de dolor y desesperación, agotado y golpeado hasta los huesos, y hacer lo que hay que hacer para alimentar a los niños.

No me interesa quién eres o cómo llegaste a estar aquí. Quiero saber si te quedarás en el centro del fuego conmigo sin rehuir.

No me interesa en dónde o qué o con quién has estudiado. Quiero saber qué es lo que te sustenta desde adentro cuando todo lo demás se desmorona.

Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo, y si verdaderamente te agrada la compañía que llena tus momentos vacíos.


La invitación