anuncio institucional de Repsol. Young & Rubicam Madrid. Mayo, 2008.
No cabe duda de que éste es otro de esos anuncios que gustan. Tiene un texto que capta nuestra atención desde el primer momento mientras de fondo suena el piano y además, las imágenes y los tatuajes lo hacen novedoso, atrae. Lo curioso es que después, cuando esperamos otra cosa, aparece Repsol. Una empresa, una multinacional petrolera, nada más lejano de lo ecológico; alguien que (por propio interés) no se caracteriza por preservar los recursos naturales, ni por favorecer y practicar el desarrollo sostenible, lo que justificaría esa frase final del spot.
Podemos criticarles, considerarlo una tomadura de pelo, incluso un lavado de imagen pero todos utilizamos el petróleo y sus derivados, creo que sin excepción. Por ello, podemos quedarnos con una parte y hacer nuestro el mensaje que aparece justo antes de ponerle nombre a la criatura. Ya sería un gran logro.
La borró de la fotografía de su vida no porque no la hubiese amado, sino, precisamente, porque la quiso. La borró junto con el amor que sintió por ella. La gente grita que quiere crear un futuro mejor, pero eso no es verdad, el futuro es un vacío indiferente que no le interesa a nadie, mientras que el pasado está lleno de vida y su rostro nos excita, nos irrita, nos ofende y por eso queremos destruirlo o retocarlo. Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado. Luchan por entrar al laboratorio en el que se retocan las fotografías y se reescriben las biografías y la historia.