jueves, 24 de abril de 2008

y luego nada...






Pasé por ti como una borrasca,
como una tempestad anunciada.
Pasé así, como una ráfaga de viento.
Obedeciste a tu ímpetu andariego,
obedecí a mi búsqueda de afectos.
Pasaste por mí como una ola que rompe
con su furia, de la noche, el silencio,
como una estrella que no da tiempo
a pensar en su forma, en su destino,
que deja su estela y nos quita el aliento.
Pasamos así, sin darnos cuenta...
de la quietud al desasosiego,
y luego nada... nada... sólo silencio.





1000 kilómetros / pastora